miércoles, 26 de noviembre de 2014

MODELO INTELECTUAL

Como su nombre lo indica, la vida intelectiva se fundamenta en el uso del intelecto, es decir, el ejercicio de facultades que ayudan al hombre a que conozca. A la vez, el intelecto hace que la persona esté consciente de que sabe. Por otro lado, el ser humano también conoce sus fines, tanto los ya establecidos, como la felicidad, y otros que pueden ser creados por él mismo, de manera que obra según estos fines con total libertad en sus actos. Sin embargo, los medios que conducen a la persona a su fin no están dados, el hombre tiene la tarea de buscarlos y utilizarlos o no. Se puede decir que, el crecimiento intelectual del hombre va a depender del ejercicio constante de ciertas facultades para alcanzar el saber, sin embargo, ¿Qué son las facultades? En términos generales, la palabra facultad quiere decir: “aptitud, potencia física o moral”.
 

 


De todas las facultades que el ser humano posee existen dos que afectan en el obrar del hombre, es decir, en el uso de la libertad. Estas dos facultades son la inteligencia y la voluntad. La primera es la facultad por medio de la cual se conoce. Esta necesita de los sentidos para poder funcionar, ya que a través de estos se captan datos del alrededor y la inteligencia los procesa para tener cierto conocimiento. El acto consiste en pasar de varias verdades sabidas a una verdad nueva que antes se ignoraba. Luego se encuentra la voluntad, la facultad de decidir y ordenar la propia conducta, la gana o deseo de hacer algo. Ambas facultades, son dependientes entre sí y necesitan ser educadas a lo largo de la vida, para llegar a formar carácter en la persona. De primero se conoce a través de la inteligencia y se tiene un juicio propio de lo ya conocido, es decir, se califica de nocivo o bueno para uno mismo. Luego, es por medio de la voluntad que se decide obrar o no obrar de acuerdo a lo que se conoció.


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